miércoles, 18 de noviembre de 2015

¿Educar para rankings o aprender por proyectos?

En el actual escenario educativo, el dilema parece dirimirse entre educar para rankings o educar por proyectos. La primera opción ( teach to the test) es el ejemplo paradigmático de las pedagogías visibles del modelo taylorista de escuela donde se prioriza la productividad académica de niños y adolescentes por encima de su desarrollo integral como personas. La productividad y erudición académica eran valiosas en la sociedad industrial donde se impuso el taylorismo como modelo organizativo y de control de los rendimientos, los saberes y los horarios. El taylorismo, a la vez, requería que la escuela separara el alumnado orientado a la cultura culta (superior) y aquellos orientados a la cultura manual (inferior) con una división del conocimiento por disciplinas aisladas entre sí. Se han aislado tanto que el trivium y el quadrivium medieval ahora parecen una unidad globalizada y de propósito. 
¿Debemos utilizar un formato donde la figura central siga siendo el profesor (la instrucción) y no el alumnado ni su diversidad (el aprendizaje)? ¿Puede la educación por proyectos superar y romper el modelo taylorista tan extendido? ¿Es posible adquirir por múltiples vías, canales y estrategias el patrimonio cultural, artístico, histórico y científico que marca el currículo oficial? ¿debe la escuela tener en cuenta y partir de los grandes cambios sociales externos a ella? Si queremos realmente una sociedad plural y democrática, ¿necesitamos alumnos eruditos o alumnos maduros, capaces de aprender a aprender?
Ana F. B.


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