¿Sabéis que en la EOI de Valencia este año por primera vez hubo más solicitudes para Alemán que para Inglés?
¿Sabéis que en mi Escuela las solicitudes para Alemán se han triplicado en dos años?
¿Por qué ese interés tan inusitado por el alemán entre chavales de 14 años?
Como profesor de Alemán contemplo con sabor agridulce ese boom. El alemán es un idioma chulo, expresivo, casi perfecto. Y los países donde se habla alemán son preciosos, además de tener una repostería exquisita, por cierto. Y es verdad que los chavales jóvenes hablan el inglés cada vez mejor, por lo que se ponen manos a la obra a estudiar un tercer o incluso cuarto idioma. Todo ello me llena de orgullo, alegría y optimismo. ¡Que no me falten alumn@s!
Pero luego están los numerosos grupos de alumnos atraídos por el efecto llamada que trajo consigo la visita de Merkel a España en 2011, durante la cual manifestó que le encantaría que los jóvenes españoles -bien formado-s suplieran la falta de mano de obra cualificada que se da en muchos sectores de la Economía alemana (ingeniería, sanidad, hostelería, sobre todo). Y aquí es donde no puedo evitar cierta tristeza. ¿Por qué?
- Por la desesperación de la gente que hay detrás de su interés por el alemán.
- Por el hecho de que cuarenta años después de que mi padre se lanzara a la aventura alemana, sin apenas saber leer ni escribir, lo quieran hacer ahora personas casi igual de desamparadas, pero encima bien formadas.
- Porque Alemania no es la Tierra Prometida que muchos esperan. Sin duda hay oportunidades buenas, pero hay que buscarlas con esmero y no a la aventura.
- Porque me empiezan a llegar noticias de emigrantes españoles sometidos a explotación y condiciones que no distan mucho de las que se encontró mi padre a finales de los 60.
Mientras hace unos años mis alumnos solían responderme a la obligada pregunta de la primera clase (“Warum lernst du Deutsch?) que estudiaban Alemán para irse 6 o 9 meses de Erasmus, ahora muchos me contestan que ojalá que para no volver por mucho tiempo a España.
Pues sí, ¡estudiad alemán! Aprended el idioma de Mozart, Kant, Klimt, Rammstein, Tokio Hotel, generales invasores, premios Nobel o la mísmisima Sra. Merkel. Pero no empeñéis todas vuestras esperanzas en este maravilloso idioma, que tal vez no os pueda corresponder con un buen empleo. Hacedlo por interés, curiosidad, o simplemente porque os conviene. Pero ahorraos desilusiones de las que este idioma no tendrá la culpa.
Antonio F.A.
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