¿Son realmente necesarios tantos deberes como se suelen poner a los niños (y más cuando llegan al instituto) para aprender?
¿No sería mejor realizar una selección de lo que se manda, de manera que sea más importante la calidad que la cantidad?
¿Por qué todos los trabajadores, al salir del trabajo, tenemos tiempo libre mientras que los niños deben continuar en una jornada que, muy a menudo, le lleva hasta la noche?
¿Por qué no tenemos en cuenta que los niños necesitan descansar?
¿Por qué parece que, si no atormentamos a los niños con miles de deberes, no aprenden?
¿Por qué tendemos a pensar que nuestra asignatura es la más importante y no tenemos en cuenta el trabajo que se les ha mandado en otras asignaturas?
¿Es normal que un niño se angustie porque no tiene tiempo de desfogarse como debe debido al exceso de trabajo que les ponemos?
¿Por qué cuando llega el período vacacional todos desconectamos del trabajo y ellos no pueden?
Belén G.B.
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