En muchos centros estamos debatiendo en claustros y consejos escolares si se presenta un proyecto para solicitar formar parte de un programa bilingüe.
En otros centros donde se está impartiendo el programa, profesores con muchos años de antigüedad, viven con el temor a ser desplazados por no poseer una habilitación.
Los alumnos que estudian en la sección, al aprender contenidos utilizando una lengua extranjera, desarrollan capacidades lingüísticas, adquieren fluidez verbal y mejoran su expresión escrita en otro idioma. En cambio, al estudiar los contenidos en una lengua en la que no han desarrollado las mismas capacidades que en su idioma materno, es posible que estos alumnos no aprendan los contenidos de las materias con el mismo nivel de profundización.
Los alumnos que siguen el programa estudian más horas en la primera lengua extranjera, medida que puede tener efectos muy positivos en el aprendizaje del idioma.
Por otra parte, en los centro bilingües, los grupos de alumnos están condicionados por el nivel de conocimientos de la primera lengua extranjera. Este tipo de agrupamiento suele proporcionar la aparición de uno o dos grupos de nivel muy bajo de conocimientos. El ambiente de estudio en estos grupos, no suele ser el más adecuado para establecer un clima y un entorno motivador hacia los estudios.
Después de establecer unas reflexiones, con aspectos positivos y negativos, considero que la implantación de estos programas debería mejorar en algunos aspectos:
Respetar la dignidad de un grupo de profesionales que lleva muchos años prestando un servicio a la educación, y entregando una parte de su vida y de su esfuerzo a la enseñanza.
Ofrecer a los alumnos de menor nivel académico, una atención adecuada para que no realicen sus estudios con la percepción de ser los alumnos menos inteligentes y trabajadores del centro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario